Loable y más que necesario, el propósito del presidente Gustavo Petro por apoyar la economía popular… en gran parte porque suelen ser los más olvidados del entramado productivo del país. Y en esto se mezclan muchos componentes y aristas; desenredarlo es el simil de sacar cada diciembre las luces de Navidad (prepárense). En este problema, que parece sistémico, estructural e histórico, uno de los palos en la rueda es el tema del acceso al crédito para los eslabones más pequeños de la estructura.
Por eso resulta tan valiosa la labor de articuladores como Actuar Famiempresas, que el pasado 25 de octubre cumplió sus primeros 35 años de actividad en medio de un proceso de reinvención. ¿El evento canónico? La suma de circunstancias vividas en los últimos años, que logró tambalear una entidad que hasta hace poco vivía una ampliación de la cobertura que llegaba al Valle del Cauca, Risaralda, Chocó, y que pensaba entrar a Caldas.
“Empezamos a bajar gastos. Por ejemplo, en publicidad, que llegó a ser de 350 millones de pesos al año y que hoy no alcanza los $10 millones. El tema se volvió tan complejo, que nuestro plan de expansión se detuvo y antes empezamos a contraernos: la oficina de Dosquebradas la recogimos para atender desde Pereira, Calarcá desapareció para atender desde Armenia, Buga desapareció para atender desde Tuluá… Hoy estaríamos en 50.000 millones de pesos de cartera y estamos en 25.000 millones”.
Él es Luis Gabriel Duque Restrepo, director ejecutivo de la entidad desde hace un buen tiempo y la cara visible para muchos de los de mi generación. Bajo su alero prosperaron iniciativas que no solo llevaron el microcrédito a poblaciones desatendidas por la banca tradicional, sino que se incursionó en otros campos, fortaleciendo la institución. Eso hasta que llegó la pandemia.
-¿La crisis sanitaria fue la que frenó los planes de Actuar?
-No la frenó porque realmente los emprendedores, incluso los informales, se la mantienen craneando. Al otro día de haberse decretado la pandemia estaban vendiendo tapabocas, así como cuando juega la selección se ponen a vender camisetas para llevar la papa a la casa. Pero si se dieron otras condiciones, como por ejemplo el aumento en las tasas de interés: están inalcanzables para muchos. Recuerde que nosotros tenemos que conseguir prestado en bancos u organismos internacionales para irrigar esa misma plata entre la sociedad. Y lo peor que he visto en mis 25 años en Actuar fue en 2022, cuando en enero estábamos consiguiendo créditos con un DTF +7,5, y en noviembre la tasa era del DTF +21 o DTF +22. Tres veces más, y nosotros con plata colocada con tasa y cuota fijas: de repente estábamos trabajando a pérdida.
Una respuesta formal a una situación irregular
La situación de Actuar repercute a lo largo y ancho de la sociedad quindiana por una razón muy simple: es de las pocas instituciones que les presta a los microempresarios, con tasas muy bajas, facilidades, y con montos tan bajos como 150 mil pesos. Y ojo, que en la dinámica del Quindío, es esta población la que ocupa el grueso de la economía.
Actuar Famiempresas surgió de un modelo similar aplicado en Antioquia hace cerca de 40 años, como lo narra el mismo Duque: “Luego de la crisis de las textileras que componían lo que se conocía como el Sindicato Antioqueño, varios de los presidentes de estas compañías se reunieron para evaluar opciones de apoyar a la gente que se había quedado sin empleo. En el diagnóstico de la situación, pagaron una investigación y empezaron a encontrar diferentes fenómenos que también se presentan hoy en día, como es la informalidad, que se termina trasladando al rebusque”.
Pero hay una máxima que los gurús del emprendimiento te van a negar pese a su aplastante realidad: para hacer plata se necesita plata. Y estos individuos rebosaban de espíritu de superación y ganas de comerse al mundo, pero no tenían músculo financiero. Fue ahí cuando empezaron a acudir a préstamos de amigos o familiares. El volumen de dinero movilizado iba a atraer, inevitablemente, la atención de algunos actores que fueron movidos por la codicia. Era el nacimiento del gota a gota.
-Algunos individuos ven en esto una oportunidad, y como el segmento al que empezaron a atender se dedicó al rebusque, inventaron modelos como el paga diario: son negocios que no son estables y que conllevan cierto riesgo, lo que los lleva a prestar el dinero a corto plazo, a 40 días, a 8, a 15. Luego de que el cliente había cancelado lo de 20 días, por ejemplo, le podían ofrecer renovar el crédito… pero la persona terminaba pagando incluso intereses de lo que ya habían pagado, o intereses de los intereses, lo que es considerado un delito.
Obviamente, en este mundillo hay de todo. Lo certifico. En esa libertad exacerbada de una actividad no reglamentada, prosperaron incluso figuras de créditos para pagar el mismo día. Una que fue replicada en el Quindío, añade Duque.
-No hace mucho tiempo se daba en el Quindío, en el entorno de la negociación de las plazas mayoristas, en donde, a las 2:00 o 3:00 de la mañana les prestaban dinero a los comerciantes informales (los de las carretillas) para abastecerse y a las 2:00 o 3:00 de la tarde, cuando acababan la jornada, debían cancelarle al prestamista. Si habían hecho 150 mil pesos, devolvían 120 mil (20% de rendimiento en 12 horas) y se ganaba 30 mil pesitos. Eso salió de un estudio hecho hace unos 8 años.
-Y al otro día vuelve a empezar el proceso…- sugiero.
-Vuelve a empezar, y por lo general quien presta sabe que detrás de la persona hay una casa, una moto, un carro, una estabilidad o incluso una amenaza.
-La actividad fructificó bastante. Hasta no hace mucho Colombia exportaba gota a gota a otros países del continente…
-Se volvió una moda. Hubo empresarios del Quindío que vendieron sus empresas para irse a prestar plata a Panamá, para ponerla en México, en Ecuador, en Venezuela (cuando se podía manejar el tema). Si les iba bien se llevaban un familiar para abarcar más espacio. Y para poder trabajar ‘compraban’ una zona a la mafia local- ilustra.
El plan de salvamento de Actuar
No hay que esforzarse demasiado para recordar el impacto social y en violencia que terminaron desencadenando estas prácticas. Pero cuando se vive del día a día sin capital que mover ¿cómo se puede trabajar? De ahí la importancia mayúscula de que no desaparezcan entidades como Actuar Famiempresas.
Por fortuna a Luis Gabriel Duque parecen gustarle los retos. Y luego de aguantar el temporal, recortando gastos, guardando la mesura y evitando el despido de su personal, el desafío actual es ahora cómo lidiar con las altas tasas de interés del recurso que deben prestar para apoyar a sus clientes. En la rueda de prensa ofrecida con motivo de los 35 años del organismo, el director socializó algunas ideas que se tienen para salvar a la entidad y al ejercicio.
-Desde hace unos años empezamos a pensar en cómo captar dinero…
-Supongo que para no depender de los préstamos.
-Claro. Estuvimos revisando los modelos vigilados y no vigilados. Para la captación, debe estar vigilado. Y el que más se acomoda, de acuerdo con los asesores que hemos tenido, es la cooperativa de ahorro y crédito.
-¿Actuar se va a convertir en cooperativa?
-Es la idea, que podamos manejar productos como aportes, ahorros, CDT y otros que nos generen ingresos. También estamos trabajando en convertir nuestra área de Acuerdos y Soluciones (donde prestamos servicios a otras empresas para la recuperación de su cartera) en una empresa en sí, independiente de Actuar, con su equipo directivo y su junta por aparte.
Adicionalmente, me narra, se ha pensado en crear un market place que incluiría, por un lado, los productos de los emprendedores que trabajan con Actuar, y por otra, los de empresas aliadas que expresen su voluntad por exhibir y comercializar su portafolio a través de esta plataforma.
-Tenemos clientes que pagan muy bien. Y a ellos queremos darles más beneficios. Estamos pensando en darles un cupo ya aprobado de 500 mil pesos, para que compren con él en el market place, en físico en los establecimientos, por PSE o crédito.
-Y en caso de que lo usen ¿se les sumaría el valor de la cuota en el saldo de la deuda?
-Sí pero incluso podríamos flexibilizar aún más esto: En ejercicios anteriores nos dimos cuenta que al pagar de contado a los proveedores y en volumen, nos ganamos unos descuentos que podemos trasladarle a la persona, hasta el punto de no tener que cobrar intereses…
Aparte, la creación de nuevos productos como el crédito educativo, el rural, otro para pensionados y uno más de libranza, sumado a un mecanismo digital para acceder a alguno de estos instrumentos, hacen parte de la reconfiguración de la entidad. Una organización que a sus 35 años se ve obligada a parar para pensar qué camino va a tomar. Lo bueno de todos estos eventos canónicos en la vida, todas estas crisis de la mediana edad, es que suelen ser los detonantes para reconfigurar las cosas, para rehacerse, y en últimas, para encontrar oportunidades. Es algo que Actuar reconoce haber aprendido de sus mismos clientes: esos que sin usar la palabra resiliencia, nos dan cátedra todos los días a punta de persistencia, compromiso y un poquito de terquedad. ¿Qué le hacemos? Así es el mundo que nos tocó.