El día que Einstein temía

El día que Einstein temía

“Solo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana, y no estoy seguro de lo primero”, decía Einstein. Y la verdad, si el buen Albert estuviera vivo hoy, probablemente abriría una cuenta de X (antes Twitter) solo para twittear “se los dije” cada vez que vea una nueva noticia sobre la inteligencia artificial (IA). Porque si hay algo que a Einstein se le escapó, fue lo rápido que la humanidad se lanzaría a los brazos de las máquinas para, bueno, evitar pensar.

El viejo Einstein tambien dijo, “Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad”, y ¿qué creen? ¡Felicidades! Estamos oficialmente en esa etapa. El futuro está aquí, y en lugar de coches voladores, lo que tenemos son máquinas que piensan mejor que nosotros. Antes, resolver un problema requería un par de horas de reflexión profunda, ir a una biblioteca o googlear; ahora, lo resolvemos con un “Oye, Siri” o un “ChatGPT, hazlo por mí” (no es que tenga algo en contra de mí mismo, claro, pero ya me entienden).

Pongámonos serios… por unos segundos. Las IA no están solo para recordarnos nuestras citas o sugerirnos la película que veremos mientras nos tiramos en el sofá o la cama. No, no, las IA están haciendo trabajos de verdad. Ya hay programas capaces de hacer diagnósticos médicos, redactar informes jurídicos o, ¡sorpresa! escribir columnas como esta (espero que eso no me incluya… todavía). Mientras tanto, el ser humano parece estar en una carrera contrarreloj para ver cuántas habilidades puede olvidar antes de que la IA le quite el empleo. ¡Y vamos ganando!

El resultado es una nueva era de pereza mental. Antes, los humanos al menos intentábamos usar nuestras neuronas para resolver cosas. Ahora, el reto del día es recordar dónde dejamos el teléfono, porque, claro, hasta para eso necesitamos ayuda de una IA. Pero, oye, no nos preocupemos, porque pronto también habrá IA que nos recuerden respirar. Y así, con cada nueva aplicación, cada nuevo programa, estamos un paso más cerca de convertirnos en expertos en…. bueno, en no hacer absolutamente nada.

Desde una perspectiva psicológica, la cosa está interesante. Estamos tan adaptados a que las máquinas hagan el trabajo por nosotros que ya no solo es cuestión de empleo, sino de existencia. Si seguimos delegando todo en la IA, en unos años tendremos que preguntarnos: ¿somos humanos, o simplemente marionetas esperando la próxima actualización de software? Pero tranquilos, la inteligencia artificial aún no puede sustituir esa dosis de inseguridad y auto-sabotaje que llevamos dentro… por ahora.

Al final del día, la cuestión no es si la IA nos está ayudando o reemplazando, sino si nos está haciendo… ¿tontos? No, no, mejor digamos cómodamente incompetentes. Y lo cierto es que a más de uno le viene como anillo al dedo. Pero no se preocupen, queridos lectores, que mientras la IA se encarga de resolver el hambre mundial y diseñar las ciudades del futuro, nosotros seguiremos cómodamente buscando respuestas a preguntas existenciales como ”¿qué película debería ver este viernes?”. Eso sí, que lo decida una máquina, porque pensar… pensar ya es pedir demasiado”.


-Las imágenes fueron tomadas de Pixabay.

-Las opiniones acá expresadas son responsabilidad del autor de la columna y no reflejan puntualmente la postura del medio de comunicación

6 thoughts on “El día que Einstein temía

  1. Alcides, excelente artículo. Logras plasmar con claridad esa dependencia creciente hacia la IA y las implicaciones que esto tiene para nuestra humanidad. Combinas humor e inteligencia para hacer una crítica profunda que nos invita a reflexionar. Muy bien logrado.

  2. La convivencia debe replantearse entre la IA y la condición humana, una es producto de la otra, lo que debemos seguir transformando es a la tecnología humanizada, para que se construyan cada vez más inteligencias más inteligentes valga la redundancia, Conciencia y sentimiento no hay nada más maravilloso que la capacidad de pensar de manera autónoma. Este concepto de inteligencia artificial se remonta a mucho antes de las “IA” solo evoluciona su facilidad en la respuesta, pero el hombre hace mucho delegó su capacidad crítica a la tecnología. Buen planteamiento alci, gracias por compartir.

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