Las invasiones bárbaras

Las invasiones bárbaras

Por segunda vez en menos de una semana, el Quindío recibió grupos de personas con el ánimo de invadir terrenos. En particular, predios entregados por la Sociedad de Activos Especiales – SAE. El primero, en La Tebaida, otorgado a una asociación de campesinos que ya desarrollan allí sus proyectos productivos. Se dice, entre rumores, que en su misma visita al Quindío, los indígenas Nasa provenientes del Cauca quisieron adueñarse de tierras en Pijao (obligando a varios de sus residentes a atravesarse en la vía de entrada para taponarles el paso); y que luego se habrían dirigido al sector de Las Colinas, en Armenia, donde desaparecieron de la mirada de los medios de comunicación y seguramente poniéndole trabajo a la Alcaldía municipal.

Y en la madrugada de este lunes 24 de febrero se registró un intento de invasión al predio que ocupaba La Posada Alemana, en plena Autopista del Café. Los protagonistas esta vez, serían campesinos del municipio de Risaralda, que al momento de publicar esta columna se encontraban en conversaciones con las diferentes autoridades para exigir del Gobierno una serie de puntos, a cambio de no quedarse con una propiedad del departamento del Quindío.

Este lunes 24 de febrero en La Posada Alemana. Fuente: Gobernación del Quindío.

A la cabeza se me vienen esas clases de historia que uno roza con el desinterés propio del bachillerato pero que algo te dejan en el subconsciente. Recuerdo puntualmente el concepto de las invasiones bárbaras: ese fenómeno migratorio vivido en Europa entre los siglos III y VII (este dato consultado en internet, no era tan buen estudiante), y que definió la manera en la que las sociedades grecolatinas definían, de manera peyorativa, a los pueblos que no estaban influenciadas por su cultura. Los raros, los diferentes, los otros.

El caso con las invasiones bárbaras, es que, aparte de la gran diversidad de orígenes de las hordas de invasores que llegaban a plantar su vida en el mundo civilizado (porque hubo visigodos, francos, anglos y hunos, entre otras comunidades), también existieron diferentes móviles para estos desplazamientos humanos que, sin importar que hayan pasado siglos de una época anterior incluso al medioevo, nos muestran que tanto la condición humana como sus dramas se repiten una y otra vez.

El pasado 20 de febrero en la vía a La Tebaida. Fuente: Gobernación del Quindío.

Porque mirando el artículo, vemos que algunas de estas migraciones se dieron en búsqueda de entornos más amigables y productivos producto de los cambios climáticos, lo que podemos extrapolar de nuestro errante clima planetario. La superpoblación en Germania, es decir un problema de mucha gente y poca tierra que vivimos en Colombia desde que tengo memoria. La presión militar de pueblos como los hunos, que desplazaban a quienes no podían enfrentar la arremetida de las armas, y que nos recuerda de nuevo a nuestra realidad más cercana. Y la crisis del imperio Romano, que llevó a que se dieran guerras civiles entre zonas con diferentes niveles de desarrollo.

Así que no me equivoco si preveo que estos dos casos presentados en el Quindío puede que no sean eventos aislados, sino que hagan parte de una nueva especie de dinámica en la que las poblaciones que aun hoy y con el cierre del Gobierno Petro acercándose, siguen esperando el cumplimiento del punto 1 de los Acuerdos de La Habana: el de la reforma rural integral. Y no me equivoco en comparar la situación con las ya conocidas en libros de texto invasiones bárbaras. Porque más de un camandulero se estará echando la bendición en este terruño, hablando duro mientras se encuentra con sus amigos en Juan Valdez, exigiendo que entre el Ejército y les dé bala. Porque esa es la única que nos sabemos en nuestra fantástica educación en democracia; sobre todo cuando el invasor es diferente a nosotros, si viene de afuera, si habla distinto, si su problema no nos toca.

Pero también es de comprender que este tipo de ejercicios es una amenaza a nuestro estado social de derecho, a nuestra seguridad y a nuestra población. Un amigo me sugiere por chat en este momento por qué no pensar que es algo orquestado, que alguien está moviendo billete para enviar invasiones al Quindío. Y se pregunta por qué los caucanos no se le plantan al Gobernador del Cauca y los campesinos de Risaralda al Gobernador de Risaralda. No puedo estar más de acuerdo, porque justamente los dos grupos de los que hablamos llegaron exactamente, a predios entregados por la SAE. Sabían su ubicación… será que alguien los dirige. Y si la cosa sigue así nos va tocar a los quindianos plantar cara y dejar de ser los amigables vecinos que recibimos a los extranjeros con una sonrisa y un café. No puede ser que nos quieran quitar la tierra así por así.

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