Desde que los dirigentes conocieron, de la mano de Joseph Goebbels en la II Guerra Mundial, el poder de la propaganda para consolidar sus proyectos políticos, ningún componente del marketing se ha visto a salvo de ser instrumentalizado. Todo vale, si de implantar una idea se trata; una idea que englobe de manera inconsciente sus propuestas, apelando al corazón. Y pocos elementos pueden ser tan efectivos en este aspecto como la música. Un elemento tan inherente al ser humano que es fácilmente acogido sin necesidad de fijarse en el contenido de sus letras. No es un secreto el poder que tiene una canción pegajosa repetida cierta cantidad de veces, para fijar en la población un mensaje.
Movidos por el afán marketinero innegable de la política hoy en día, muchos son los personajes que buscan en temas conocidos y comercialmente lanzados, un leit motiv potenciado por el previo conocimiento de estos tracks. En ocasiones, pagando regalías a sus intérpretes y compositores. En otras ganándose el reproche y la prohibición. En los últimos años, esto último le ha pasado a Donald Trump con casi dos decenas de artistas como Rolling Stones, REM o Adele; a Javier Milei, que fue contactado por la Bersuit Vergarabat y La Renga para que no usara sus temas en campaña; e incluso a Gustavo Petro, advertido por Shakira para que no capitalizara uno de sus últimos temas en temas proselitistas.
Pero tal vez el ejemplo más sorprendente de los últimos meses ha sido encontrar en YouTube el uso de canciones de rock para ambientar los ejercicios militares en Corea del Norte. No la del K Pop y los K Dramas (que es la del sur), sino la dictadura recia y aparentemente inamovible comandada por el presidente vitalicio Kim Jong-Un. Quien se sorprenda por este inesperado giro, debe recordar que nuestro muchacho no vivió la infancia de sus connacionales, metido en un país rural y aislado del mundo.
Hagamos un recuento: hijo de Kim Jong-Il y nieto de Kim Il-Sung, logró estudiar y vivir en Europa con todas las comodidades que una dinastía de tiranos puede permitirse con las arcas de un país entero condenado a vivir en la pobreza. De acuerdo con Wikipedia, de 1993 a 2007, el heredero habría vivido en Suiza, pasando su juventud en un entorno de mayor libertad y apertura al mundo. Habría entonces, consumido música popular occidental, que con los años, valiéndose de escudándose en desconocer la postura ideológica de las bandas originales y en ocasiones de la letra, convirtió a medida de sus necesidades, en himnos de guerra.
Walk – Pantera
El ritmo de marcha que caracteriza el clásico del groove metal le sirve como escenario a esta parada militar, que busca mostrar el enorme poderío de las fuerzas armadas de la nación. Es tal vez el tema que más cuadra con el contexto del desfile por aquello del coro: ver miles de soldados avanzando al compás de la palabra ‘Camina’ es tal vez un primer renglón de lectura, que se acrecenta si se tiene en cuenta las más recientes expresiones de su vocalista Phil Anselmo en torno a la postura ultraderechista y sus saludos nazi en pleno concierto.
Killing in the name – Rage Against the Machine
Acá se empieza a poner rara la conexión entre track y realidad. Esta vez ambientada en un teatro y bajo la mirada complacida del dictador, una banda marcial interpreta el éxito de la banda de los 90, ignorando (o pasando por alto de manera intencional) que RATM siempre se ha pronunciado con un decidido discurso de izquierda en el que critican, precisamente, un gobierno como el de Kim Jong Un.
I want to break free – Queen
Si de por sí la posición del tirano frente a los temas de izquierda manifiestos por RATM resulta absurdo, ni qué decir del himno de Queen frente al reclamo personal por libertad. Corea del Norte clamando en un recinto por libertad… el chiste se cuenta solo. Sorprendentemente, en el país el homosexualismo no es ilegal.
Mutter – Rammstein
Una de los temas más sensibles de Rammstein también fue versionado; esta vez por un coro de niños, ataviados como lo que (suponemos) es el ideal de la niñez para el líder supremo. Todavía nos preguntamos qué tiene que ver la letra, que en alemán habla de la ausencia de la madre y el desconsuelo que esto genera en una vida adulta. Y sí: aunque en ocasiones se les ha señalado de simpatizantes del nazismo, la misma banda ha salido a declarar su aproximación a la izquierda, es decir, su total alejamiento a lo que quisiera expresar el heredero.