A riesgo de empezar esta nota con una obviedad, debemos informar que este no es un buen momento para necesitar una cirugía. Ni tampoco para un examen diagnóstico que requiera de procedimientos invasivos. Y es que el estado de escasez de los anestésicos más empleados se encuentra en rojo en el Quindío.
Un caso, el del propofol inyectable, usado para “lograr efectos anestésicos fuera de salas de cirugía, por ejemplo, en unidades de gastroenterología para las endoscopias, para las colonoscopias, en unidades de neumología, y que es habitual porque la recuperación del paciente está entre los 15 y 30 minutos, mientras que con pentotal es de alrededor de 2 horas y genera los síntomas de la anestesia clásica como los mareos, las náuseas y el vómito”, señala Mauricio Trujillo Monroy, médico anestesiólogo en la Clínica Central del Quindío y en Oncólogos de Occidente en Armenia.
Y es que, de acuerdo con el seguimiento a las existencias de medicamentos emitido por el Invima para el presente mes de junio, este producto se clasifica como un insumo en riesgo de desabastecimiento. De acuerdo con el informe, el actual panorama para la emulsión de 10 mg/ml (1%), se ha visto afectado por una sobredemanda no esperada y escasez de insumos.
“La situación es tan crítica que probablemente para julio empiecen a haber cancelaciones de cirugía y a diferirse otros procedimientos que ya estaban programados, porque las intervenciones de urgencia toman prioridad”, indicó Trujillo Monroy. Una voz a tener en cuenta, como miembro de la Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación – SCARE, uno de los gremios médicos del país, y que lleva meses alertando al Invima sobre una situación que se vive en medio de una calma chicha.
Una cuestión de efecto retardado
Una situación aún más crítica se presenta con el remifentanilo, un opioide de acción ultracorta y no acumulable; características que permiten emplearlo para intervenciones quirúrgicas y procedimientos dolorosos sin que el efecto se prolongue de manera innecesaria. Según el monitoreo realizado por Invima, el remifentanilo se encuentra absolutamente agotado en el Quindío debido a que no hay suficientes oferentes y una situación de sobredemanda no esperada.
Tampoco hay existencias de productos diferentes a los mencionados por SCARE, como la oxicodona (un analgésico, ansiolítico y sedante) por efecto de los largos tiempos de entrega por parte del fabricante. Pero la situación no es exclusiva en el manejo del dolor: medicamentos para el manejo de convulsiones, de la ansiedad, para infecciones por VIH y cuadros psicóticos, también están completamente agotados en el stock de las IPS quindianas.
La situación ya es de conocimiento de las autoridades locales de salud, como es el caso de la secretaría departamental de Salud. Su titular, Carlos Alberto Gómez Chacón, reveló que “se han hecho reuniones con la subdirección de Medicamentos del Invima, para establecer las razones por las cuales pueden haberse generado las situaciones de desabastecimiento y nos contaron que estaban haciendo la revisión, verificando con productores y comercializadores para determinar la real causa del desabasto”.
El funcionario reveló que la emergencia no solo se vive en el Quindío, y que otros entes territoriales como Antioquia y Valle del Cauca también han puesto en conocimiento una situación similar. Sin embargo, para SCARE, una de las causas radica puntualmente en el Invima: “desde hace meses estamos señalando que estamos llegando a un punto límite, con el objetivo de que se agilicen los trámites para las licencias de importación y que lleguen más rápido. La respuesta ratifica la voluntad de la institución por prestar toda la colaboración, pero que hay que cumplir unos procesos administrativos en el marco de sus protocolos”.
¿Y cuáles son los más afectados? Para el médico, las clínicas que hacen parte de grandes grupos son las que afrontan mayores dificultades “porque su abastecimiento se da desde unas oficinas centrales, en su mayoría en Bogotá, que son las que distribuyen los insumos, mientras que las clínicas y hospitales locales mantienen un stock mejor consolidado”.
Buscando el causante del dolor
El pasado 4 de junio, SCARE emitió una carta suscrita por su presidente, Olga Lucía Herrera Losada, haciendo un recuento sobre las constantes comunicaciones enviadas al orden nacional: “Hemos alertado al Invima y al Ministerio de Salud sobre la escasez de medicamentos esenciales como el propofol y el remifentanilo en algunas regiones del país. En las últimas semanas, hemos intensificado nuestras acciones para abordar este problema; el pasado 30 de mayo asistimos a una reunión citada por el Ministerio de Salud, a la que además asistieron representantes del Invima, algunas IPS y la industria farmacéutica para conocer la situación y buscar soluciones conjuntas”, explica.
El oficio consigna las respuestas del Invima al respecto: Se declara el propofol como medicamento vital no disponible, lo que lleva a que se tomen medidas especiales para garantizar el aprovisionamiento. Sin embargo llaman la atención, dos puntos adicionales: Minsalud manifiesta la preocupación “por la veracidad de la información sobre la disponibilidad de anestésicos y en especial el propofol, por lo que enviarían comunicados a laboratorios para solicitar información relacionada con número de unidades e información sobre distribución, fechas, destinatarios, entre otros”. Y agrega que “no se debiera presentar sobrecosto según análisis realizado meses atrás por parte del Ministerio de Salud y Ministerio de Comercio; si es así, ameritaría un análisis de las autoridades competentes”.
Es decir, no se descarta que la escasez se deba en parte, a un fenómeno de especulación. La hipótesis se maneja en voz baja, porque no hay hasta el momento, ninguna evidencia que lo confirme, pero para no sería algo nuevo que un grupo de laboratorios disminuya el volumen producido o puesto a disposición del mercado, para hacer que el costo suba. Hasta que no se resuelva el diagnóstico del Invima, poco podemos decir para aclarar la situación. Pero esto era un golpe avisado, con un tiempo prudencial para que la autoridad en vigilancia sanitaria y de control de calidad evitara que llegáramos a esta crisis. Desde El Cuyabran Post tratamos de comunicarnos con la entidad nacional en diferentes oportunidades, pero solo recibimos silencio. Mientras tanto, a encomendarse a la Virgen, a la divinidad o al Universo para que nos dé tiempo y recuperemos pronto el alivio…