Eran los mediados de los 90 y Trainspotting era, junto con Fight Club, las dos películas más vistas, comentadas e idolatradas de quienes empezaban la universidad. En la primera, basada en una novela de Irving Welsh, un joven de Edimburgo se zambulle, literalmente, en una travesía de decadencia filmada como un videoclip; la excusa perfecta para que muchos de los jóvenes de la época se sintieran interesados en dos parches diferentes y no relacionados, pero existentes en el filme: la heroína y los raves.
Fue así como finalizando el siglo ya se había consolidado una escena Candy en el Quindío. Pero, al igual que pasó cuando el esplendor hippie decayó, y surgió de la rabia y la desesperanza el punk, en el departamento las pulseritas de colores y los bombones dieron paso a una expresión musical mucho más extrema: el hard techno. “Armenia fue una de las pioneras del movimiento en el país; es una de las escenas más viejas de Colombia”, explica Sebastián Jiménez Alvarado, uno de los cofundadores de 432 Hz, el colectivo promotor de eventos en el Quindío y que el 10 de agosto celebra su tercer aniversario por lo alto. Pero no nos adelantemos; esta nota no es sobre ese tiempo, sino lo que vino después.
“El nacimiento del colectivo viene un poco influenciado de lo que pasó entre 2010 y 2012, la época de la escena más fuerte de hard, y que permeó a personas como yo. Cuando empezamos a visitar ciudades como Bogotá, Medellín o Cali, nos dio la oportunidad de conocer otros subgéneros, y esto permitió que nos abriéramos a nuevas líneas”. Y fue en 2021, cuando Sebastián con algunos amigos crearon 432. “El haber tenido esa experiencia en ciudades grandes nos permitió tener contactos que nos dieron la oportunidad de traer artistas internacionales muy buenos en Armenia. Se ha logrado que la escena en Armenia floreciera y que se mantenga en el tiempo”.
Un parche que ha madurado bien
Y vaya si se mantiene. Por eso para este 10 de agosto el colectivo celebra sus 3 años con exponentes de talla global: el alemán Alexander Kowalski con su live set DisX3, el japonés Haruka y el portugués VIL estarán en Riviera Park (antiguo Cenexpo), encabezando un evento que espera entre 800 y 900 asistentes de todo el Eje Cafetero y Valle del Cauca. Un evento de grandes proporciones que le apuesta por una madurez de la movida del techno en la región.
-Cuando empezamos a hacer fiestas lográbamos una acogida de entre 150 y 200 personas. Pero al lograr contactos en otras partes del país, nos empezaron a seguir públicos de Cartago, Pereira, Manizales. Y es que el carácter turístico del Quindío ayuda, porque la gente viene por la fiesta y se queda turistiando. Actualmente nos acompaña una comunidad de entre 600 y 700 personas.
-Las fiestas de 2010 eran un poco más salvajes- recuerdo -¿Ha cambiado el panorama con los años?
-Ha cambiado. Inicialmente era muy joven el público, pero ya vemos que nos empiezan a respaldar personas que han tenido experiencia tiempo atrás en este tipo de eventos, con un público más mixto: adultos, jóvenes, adolescentes. Pero también ha madurado el nivel organizativo, en la parte logística, por ejemplo. Aunque ninguno es profesional en producir fiestas, el haber compartido en tantos eventos nos ha revelado la dinámica detrás de estos eventos.
Jiménez añade que se ha aprendido con el tiempo, y ya se sabe cómo modular el sonido de acuerdo a la cantidad de asistentes, el tipo de sonido que se requiere, la contratación del VJ para las visuales que acompañan a la música, la vinculación de un luminotécnico para el manejo de las luces.
-Las entradas ya se manejan con código QR, tenemos personal de seguridad, ambulancia y todo el plan de contingencia, incluso stands de marcas de Armenia. El hecho de que nos acompañe cada vez más gente nos exige más conocimiento al respecto- indica el promotor.
Y aunque las fiestas son los eventos más visibles en esta movida, no hay que olvidar que como le pasó a 432 Hz, estas también son las generadoras de una dinámica más amplia, que incluye el surgimiento de nuevos artistas y productores. “Tenemos ya una buena cantidad de exponentes de techno, unos de tipo mundial en el ámbito del hard, pero otros también con unos sonidos más hipnóticos y mentales. En Armenia, todo lo que estamos haciendo, permite que personas que producen tengan un mejor alcance en las escenas nacional e internacional”, señala.
Ahora sí: la fiesta
Riviera Park (antiguo Cenexpo) será el escenario para que 432 Hz celebre por lo alto, sus tres años de funcionamiento. Empecemos por Alexander Kowalski, uno de los maestros del techno de Berlín, uno de los bastiones de una escena que recibió de Detroit el género y lo llevó a otro nivel, uno de los baluartes del recientemente declarado por la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. DisX3 es el seudónimo con el que inició su carrera en 1997, en el histórico club Tresor, y con él rememora su sonido más análogo.
El segundo en la lista es Haruka, nacido en Japón y con una trayectoria en New York desde 2006, en la que ha actuado en vivo, organizado fiestas y haciendo colaboraciones con diferentes artistas. De acuerdo con la página especializada Resident Advisor, en sus sesiones no tiene problema en saltar entre el electro, el techno, el house, el disco, el hip hop y el rock, convirtiéndose en uno de los nombres más versátiles y solicitados.
Y para completar el cartel extranjero, está Nuno Costa, que arrancó su trayectoria bajo el nombre de Sinner, y que luego de crear el colectivo Warface (orientado al dubstep, el drum n´bass y el UK garaje), tomó el nombre VIL para enfocarse en su otro perfil, centrado en el techno, electro, breaks, y house, lo que lo ha convertido en invitado habitual de clubes como Lux Frágil, Gare y Ministerium.
“En este momento estamos en la etapa de la preventa, con un costo de 70.000 pesos, hasta el día del evento, y se pueden conseguir en nuestra página de Instagram @432axm, o a través de los números 317 243 9803 y 300 952 8435. La fiesta empieza a partir de las 8:00 de la noche”. Ahí lo tienen: un evento de lujo que ratifica el lugar de Armenia en el mapa de la electrónica; un lugar que se ha ganado a pulso y que ya puede ostentar una madurez y una consolidación muy evolucionada desde los raves de los primeros 2000 en las fincas de La Yé.