Entender el suicidio y no morir en el intento

Entender el suicidio y no morir en el intento

Por cuestiones sociológicas y culturales que no exploraremos en este artículo, en el Quindío y los departamentos vecinos hay una predilección muy marcada por la salsa romántica. Y por estos días, en medio de letras cursis algunas y muy subiditas de tono otras, suena en ocasiones la frase “Y si te vuelvo a ver te juro por Dios que me mato. Quisiera que me caiga un rayo, un meteorito y desaparecer”. No queremos ser los nuevos adalides de la cultura de la cancelación, pero resulta curioso que una letra tan directamente agresiva sea pasada por alto hoy en día. Pero sí nos genera una duda: ¿puede que hayamos normalizado el suicidio?

El tema es la cuna de múltiples discusiones por la gran prevalencia del fenómeno en la región. Históricamente el Quindío ha ocupado varios de los primeros lugares en el escalafón nacional. Y con la conmemoración, el próximo martes 10 de septiembre, del día mundial para la Prevención del Suicidio, se aproxima un escenario de discusión desde la óptica de la psicología. Justamente este día, en el Hub de Innovación y Transformación de la universidad de San Buenaventura, en Armenia, se llevará a cabo el segundo simposio ‘Prevención del Suicidio – Acciones Integrales desde Diferentes Contextos’.

Desde la universidad, se explica lo que se busca con el evento, “contribuir a la reducción del estigma, compartir conocimientos sobre la formación de vínculos, conocer estrategias para prevenirlo y aprender sobre el manejo de situaciones en las que se detectan riesgos”. Para aportar a este diálogo, en el evento se contará con la presencia de Patricia Páez Manjarrez, coordinadora del programa de Salud Mental y Bienestar Psicológico de la CETYS Universidad, en Ensenada, Baja California; Arturo Ron Grajales, coordinador y profesor del posgrado en Neuropsicología de la misma institución; Deisy Viviana Cardona Duque, psicóloga especialista en Neuropsicopedagogía; y la médica- psiquiatra Andrea del Pilar Guzmán López, entre muchos otros expertos de la salud mental a nivel nacional e internacional.

Y nos llama la atención, desde El Cuyabran Post, la relevancia y coherencia del ejercicio con las recomendaciones expedidas desde el Instituto Nacional de Salud a través de su Boletín Epidemiológico Semanal, puntualmente el publicado para la semana del 25 al 31 de agosto de 2024, en la que sugiere a las entidades territoriales del país la realización de Salas de Análisis del Riesgo (SAR) para poner en práctica el protocolo para la vigilancia del evento si se presenta un aumento inusual de casos por más de cuatro semanas epidemiológicas; vigilancia que en el mismo documento la autoridad define como “una de las estrategias para la prevención del suicidio a nivel mundial”.

El perfil del suicida

“Y si te vuelvo a ver te juro por Dios que me mato”, canta con inusitada alegría Fresto (ah sí, el tema se llama ‘Me hace daño verte’). Y aunque parezca exagerado, la gente en Colombia sí se mata por amor. De acuerdo con el INS, el segundo factor más frecuente de muerte autoinflingida es la situación con una pareja o expareja, superada por los problemas familiares en primer puesto. En tercer lugar aparecen los problemas económicos.

Dos detalles que deben ser tenidos en cuenta y la autoridad los recalca: el primero, que un intento de suicidio puede tener más de uno de estos factores desencadenantes. Y el segundo, que entre los factores de riesgo los antecedentes de trastorno psiquiátrico ocupan el primer lugar con un 47% para 2024. “Dentro de este, el trastorno depresivo con tendencia al aumento, junto con el trastorno de personalidad; le siguen la ideación suicida persistente y el plan organizado de suicidio, identificándose también tendencia al aumento en estos dos factores”, señala el informe.

Pero ¿cuáles son los grupos más susceptibles de un intento suicida? El boletín revela que, en cuanto a las mujeres, el 65% de los casos están concentrados en el grupo de entre 10 y 24 años (y en este rango, puntualmente de 15 a 19 años). Entre tanto, para los hombres se identificó el rango de entre 15 y 29 años como el de mayor incidencia, con un 58% de los casos. Si cruzamos las razones más frecuentes para cometer suicidio con los datos de edad, podríamos aventurarnos (ojo que esta no es una publicación científica, tómenlo por favor con pinzas) que la prevención de la violencia intrafamiliar y la inteligencia emocional entre niños, niñas y jóvenes podrían ser clave para reducir estas cifras… estamos especulando.

“Por otra parte, la incidencia disminuye gradualmente con la edad en ambos sexos después de los 20 años”, continua el informe, “sin embargo, al comparar por sexo en los hombres es mayor de los 55 años en adelante”. De nuevo, hablando muy grueso por la falta de evidencia científica que nos avale, podríamos identificar que el fantasma del suicidio se desvanece en la edad productiva del colombiano y regresa con su retiro, por lo que nos atrevemos a sugerir en los programas de atención y acompañamiento a la tercera edad, otra herramienta que podría bajar la ocurrencia de este fenómeno.

Una zona roja para el suicidio

No vamos a decir nada nuevo si afirmamos que el Quindío es una de las zonas más golpeadas por esta situación. El Boletín Epidemiológico Semanal del INS sin embargo revela que hay departamentos con mayores cifras en lo que va del año: Vaupés es el departamento que lidera el listado, mientras que el Quindío aparece en puesto 9. No obstante, es de subrayar que Risaralda es el segundo, Caldas el tercero y Tolima el quinto; justamente nuestros vecinos.

Averiguamos con la secretaría departamental de Salud cuántos casos se encontraban reportados a la fecha. Un dato que, aclararon, puede subir con el tiempo, a medida de que se establezcan oficialmente la causa de muertes que se encuentran en proceso de investigación y que por lo tanto, podrían entrar a engrosar el registro: Hasta el 24 de julio de este año iban 30 muertes autoinfligidas. Por otra parte, en el portal del Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública – Sivigila se reportan 276 intentos de suicidio.

30 muertes a mitad de año. En todo 2023 fueron 43 fallecimientos y 563 intentos. En debate de la Asamblea cubierta por La Nueva Crónica Quindío, el secretario de Salud, Carlos Alberto Gómez Chacón hizo la caracterización: el 90% de los casos fueron cometidos por hombres, con una clara influencia de consumo de sustancias sicoactivas y (nuevamente) hechos de violencia intrafamiliar.

Ahí está: algunos datos y reflexiones para entrarle a una conversación que a veces no es tan cómoda. Y por eso nos parece que subrayar en la importancia del simposio de la San Buenaventura es más que oportuno. A propósito, el evento (realizado con el apoyo del Colegio Colombiano de Psicólogos) se desarrollará el martes 10 de septiembre de 8:00 a.m. a 12:00 m. en el Hub de Innovación y Transformación – Av. Centenario Cra. 6 # 6-25. Tendrá entrada libre, pero hay que pre inscribirse en este enlace.

2 thoughts on “Entender el suicidio y no morir en el intento

  1. La fascinante conexión entre el cerebro y la música,tan fuerte puede ser que usamos música específica para estimular a un feto. Como no tener en cuenta que la connotación de la música influye en tu ánimo y estimula tus acciones que pueden desencadenar fácilmente en suicidio tanto poder tiene que hay música reservada para condiciones bélicas que históricamente les ha dado los resultados esperados.El suicidio se está normalizando cada día más es una firme realidad.
    Buen contenido siempre me gusta leerlos a todos.
    elcuyabranpost me encanta

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