Dirán que aprovechamos la tendencia para viralizar un poquito. Y pues sí. Pero el debate suscitado por la publicación de +57, la canción de Ryan Castro, Maluma, Blessd, Karol G, J Balvin, Feid y no sé cuántos más, ha originado conversaciones interesantes, incluso para nosotros, que como lo dice el meme, todo lo que sabemos nos ha llegado en contra de nuestra voluntad.
Nos llegó al Whatsapp el pasado lunes 11 de noviembre, la solicitud de un lector o lectora (no tengo su nombre, solo su número telefónico) para publicar una iniciativa firmada por Los Guardianes, que en la descripción del perfil de Facebook se identifica como “una ONG que nace para proteger niños, niñas y adolescentes de cualquier forma de violencia”. En el enlace que nos allegan, promocionan una tutelatón en contra del tema. Incluyen la URL para descargar un formato que los interesados deben diligenciar (https://acortar.link/z8ImmV para hacerlo corto), guardarlo en PDF y radicarlo, con el apoyo de un enlace a YouTube que sirve como tutorial.
Al revisar la acción de tutela ya preconfigurada encontramos que busca ordenar la eliminación de la canción de todas las plataformas públicas de streaming en Colombia, prohibir su difusión en medios de comunicación, exigir a las plataformas digitales la implementación de mecanismos efectivos de control de edad para la difusión de contenido, y solicitar a los accionados (tanto las plataformas como los artistas que firman esta producción) incluir advertencias explícitas sobre el contenido.
Bueno, va, nos dijimos. Pero al tratar de conseguir una entrevista con el remitente de la publicación el día miércoles 13, nos fue imposible. Nos contestó que una vez saliera de una reunión nos estaría contactando. Hasta la fecha no nos ha llamado, no ha escrito y no contestó tampoco a nuestras llamadas ni a los mensajes de Whatsapp que le dejamos. La historia hubiera culminado allí si la polémica no estuviera creciendo de manera inusitada como una bola de nieve bajando una colina: este jueves 14 se conoció que las senadoras Sonia Bernal, del Pacto Histórico, y Karina Espinosa, del partido Liberal, anunciaron la presentación de un proyecto de Ley denominado ‘Letras Decentes’.
En la noticia, que tomamos del portal Quindío Noticias, Espinosa “considera que las letras de ciertas canciones podrían contribuir a la violencia contra mujeres y menores en Colombia”, punto desde donde parten ambas parlamentarias para proponer sanciones a los artistas, los obliga a reparar el daño y promover “música respetuosa de los derechos de la mujer, los niños y los adolescentes”. Una propuesta que podríamos ubicar al lado de las recientes manifestaciones de instituciones como la Defensoría del Pueblo, el ICBF y el mismo presidente de la República, Gustavo Petro.
Y nos preguntamos… ¿será para tanto? A la cabeza se nos viene la imagen de Dee Snider, vocalista de Twisted Sister, respondiendo con un épico discurso al Parents Music Resource Center – PMRC, comité formado por esposas de políticos republicanos que buscaban salvaguardar la moral de la juventud en plena época Reagan, al punto de hacer un listado con las “15 canciones más asquerosas”. Al lado de Madonna, AC/DC, Def Leppard y Sheena Easton, aparecía su éxito ‘We’re not gonna take it’. “Hay algo en lo que estoy de acuerdo con el PMRC: mi trabajo como padre es monitorear lo que mis hijos ven, escuchan y leen en su preadolescencia”, leyó Snider, “la total responsabilidad de esto recae sobre mis hombros y los de mi esposa, porque nadie más puede hacer estos juicios por nosotros”.
¿Una lucha de derechas retomada por las izquierdas?
No somos los únicos que nos planteamos esta discusión más allá de los lugares obvios de la moralidad y las buenas costumbres. Viviana Morales Valencia es comunicadora social, ha trabajado como gestora cultural en Bogotá, y ahora está dedicada a lo que más le gusta: la locución y el doblaje. A mediados de semana decidió salir en redes, poniendo la cara en un reel, y hablar con franqueza del caso +57.
-La libertad de expresión es un valor que está puesto a prueba hoy en día.
-Pues no ha sido la única vez…- le respondo.
-No, pero la diferencia es que antes lo coartaba la derecha: las dictaduras o la iglesia, y hoy lo hace el progresismo y la gente que se denomina más liberal. Es un fenómeno bien particular que me preocupa, porque estamos entrando en lo que llamo en el video como ‘Justificación Artística o Estética de todos los Males’: creer que es la música la que oprime a los pueblos, que es el arte el que explota a niños y niñas, que son las canciones de reguetón las culpables de estos fenómenos, y no estoy de acuerdo.
Viviana subraya una palabra que en los últimos años se ha posicionado como término cultural y social por excelencia, incluso convirtiéndose en un valor institucional para corporaciones como Disney y Netflix: el woke. Definido por el diccionario Oxford como: “Estar consciente de temas sociales y políticos, en especial el racismo”, el concepto acuñado con este sentido por primera vez por el novelista William Melvin Kelley en su ensayo ‘If You’re Woke, You Dig It’ para el New York Times, se ha convertido en la actualidad en instrumento para que grupos en pie de lucha por el reconocimiento de sus derechos hagan presión en las instituciones y la sociedad.
-Esta cultura del woke tiene tres líneas: la cultura de la cancelación, la corrección política y el revisionismo cultural: la izquierda se apropió de estos temas y los convirtió en su agenda, pero además son temas que no le importan tanto a la gente de a pie, no es su prioridad. La derecha entre tanto, vio una oportunidad y se encargó de hablar de los empleos, de la salud… de las líneas gruesas para el común del votante. Por eso gana Trump en Estados Unidos, con todo y las barbaridades que dice, con su carácer racista y machista. Pero también lo usó Milei, lo usó Bukele, lo uso Meloni en Italia. Hemos caído en una discusión que empobrece el debate de lo público- señala.
Apología vs. reflejo de la sociedad
¿Cómo pasamos de una canción de reguetón del montón a una discusión tan profunda? Para ahondar en el análisis, decidimos hablar con alguien sobre estética: no la de las uñas en acrílico y las extensiones de cabello, sino la rama de la filosofía. Julián Andrés Arcila es profesional en filosofía, ha trabajado en periodismo y definitivamente no le gusta el reguetón. Pero nos salió.
-Más allá del título, con un prefijo telefónico, la canción no tiene nada de novedoso. Que se unan reguetoneros de la misma ciudad o el mismo país, se ha hecho siempre. Y la letra repite los patrones líricos del género, que se reducen a sexo, droga, fiesta y pasarla bien. En términos bien anticuados, libertinaje. Las letras de muchas canciones hablan de lo mismo.
-Bueno, pero la controversia se dio por una estrofa en particular que hablaba de una niña de 14 años vista desde una óptica sexualizada. Por eso muchos consideran que es una apología a la pedofilia…- sugiero.
-Yo no lo considero así. Su intención no era honrar esas prácticas, más bien creo que ese fragmento refleja lo que ha sido culturalmente la vida de los adolescentes de un tiempo para acá. Que una niña de 14 años salga de fiesta hoy, no tiene nada de raro… se asume como habitual, muy diferente de hace 30 años, cuando incluso en los varones jóvenes adolescentes no era común que andaran desde esa edad en fiestas, consumiendo drogas y teniendo sexo. Es en estos casos que deberíamos hablar de transvaloración.
Lo googleamos: “Término introducido por la teoría de Nietzsche, quien proclamaba la transmutación radical de todos los valores de la ética tradicional (…) La idea de una transvaloración se convierte de hecho en una inversión de las categorías morales de bondad, derecho y justicia, fundada en una concepción básicamente naturalista de la vida espiritual del hombre”.
-Pensemos en lo que el movimiento woke ha empezado a hacer: una revisión de ciertas canciones y artistas. Hubo una época que era con Diomedes Díaz, con la acusación de haber matado a una fan, que le gustaban las menores de edad y todo quedaba planteado en sus letras. Canciones como ‘Te compro tu novia’, que se trató de cancelar porque hablaba de una mujer dedicada al hogar como un modelo deseable.
-¿La polémica hubiera existido si fuera un género diferente?
-Yo creo que sí, hubiera sido igual.
Vivi por el contrario piensa que el género urbano atrae miradas más críticas que otros.
-Hay cierta saña por el reguetón, por ser sexualmente explícito. Pero hay que tener en cuenta que, el que escucha reguetón no sale a violar gente, así como el que escucha metal no sale a matar. Podría decir que los gringos y europeos que llegan a Medellín a explotar estas niñas probablemente escuchan otros géneros. Se está creando una narrativa en la que es el arte el que viola y mata- reitera ella.
Aprovecho para hacerle la misma pregunta a ambos: cómo les pareció el hecho de que entidades como el Icbf y la Defensoría se hayan metido en la conversación. Las respuestas coinciden: Para Viviana, estas instituciones se están lavando las manos de lo que no hacen (pese a su objeto misional) con el arte y la cultura. Para Julián, la postura de estos organismos es un show.
-Van a culpar ahora a una canción del fenómeno de explotación sexual infantil en zonas turísticas… ¿Y si la canción no existiera, el delito desaparecería en Cartagena y en Medellín? La solución no es cancelarla y bajarla de las plataformas, porque eso no va a arreglar el problema- explica Julián, aunque añade una aclaración: “de todos modos la canción sirve como reflejo de la realidad, pero a su vez está normalizando la conducta; la niña que la escuche puede estar tomando esto como algo habitual y empezar a actuar bajo ese marco”.
Un playlist para funar
Nos obligamos a buscar la canción (con todo y que ya le cambiaron la letra). De 4:58 minutos que dura nos aguantamos la mitad, pero no por mala, sino por mediocre: le hemos leído mejores letras a Chat GPT, le hemos escuchado mejores beats a Suno. Pero lo que realmente nos ofendió es que, si como dicen sus intérpretes, esta ocasión era histórica, debieron esforzarse más y no sacar otro tema de relleno. Porque Colombia sigue esperando el gran álbum de género urbano que sirva de parteaguas en la industria. Rosalía recreó el folclor gitano con ‘El Malquerer’, C Tangana lo replicó mientras se hizo psicoanálisis, Paco Amoroso y Ca7riel ampliaron el sonido a base de funk, Residente no se calla la boca al hablar de temas sociales.
¿Y los colombianos? Siguen hablando de culos. Y de menores de edad.
En fin, nos quedó sonando lo de que la censura que quieren imponer los nuevos conservadores de izquierda, no puede ser solo para el reguetón. Porque a lo largo de nuestra historia hemos conocido letras que son absolutamente cancelables. Pero como dijo Viviana “muchos consideran a Michael Jackson un genio, pero a R Kelly un violador”. Así que acá vamos con un playlist que deberías también entutelar para que dejen de contaminar este idílico mundo en el que la maldad no existiría si no fuera por el arte.
Te compro tu novia – Ramón Orlando
Merengazo, de esos para bailar con la tía en diciembre. El problema es la normalización de un modelo en vía de extinción: el ama de casa. La mujer que vive por su hogar y termina regalando sus sueños para convertirse en el apoyo de su esposo y de su carrera. Aunque tenemos que decirlo, las hay con vocación de housewive.
Colegiala – Rodolfo Aicardi con Los Hispanos
Otra infaltable en estas épocas. Una canción que sabe a natilla y que huele a pólvora, que nadie se atrevería a cancelar. Pero un momento… si +57 hace una apología a la pedofilia ¿cómo le podemos llamar a un Rodolfo Aicardi bien crecidito cantándole a una niña de colegio? ¿Admiración?
El duelo – La Ley
Personalmente, una banda que no me paso. Y un tema que, reversionado por sus intérpretes en un unplugged, terminó por sepultarla gracias a los molestos e hilarantes alaridos de Ely Guerra. “Con una lágrima de fe sobre tu piel, olvidé la grieta que dejó tu amor. Pero ese instinto taurino de tu ser, me obligó a azotarte… tiernamente”. Adorable.
Me hace daño verte – Fresto
Ya lo habíamos hablado en una nota anterior: el tema del intérprete mexicano trae un sentido significado de desamor que termina desembocando en una ideación suicida manifiesta claramente en su letra: “Y si te vuelvo a ver, te juro por Dios que me mato. Quisiera que me caiga un rayo, un meteorito y desaparecer…” ¿Cómo responder a alguien que te dedique este tema? ¿Pidiendo ayuda psicológica? ¿Hablando con su familia?