El ‘toma todo’ amenaza con romper la integración del Eje Cafetero

El ‘toma todo’ amenaza con romper la integración del Eje Cafetero

La integración regional. Uno de esos términos que revisten de esperanza por un Estado que sí funcione. Un concepto que engloba la unión o la convergencia de naciones o entes territoriales para trabajar en torno a objetivos compartidos y promover el desarrollo colectivo. Y un propósito que se puede caer con la simple renuencia de alguno de los actores miembros de la alianza. Eso parece estar pasando en el Eje Cafetero con el tema de los recursos de infraestructura vial. Específicamente por los actos de egoísmo y presunta superioridad de las autoridades de Caldas. Y ojo, que subrayamos la palabra autoridades, porque sus actos y decisiones no siempre reflejan la voluntad popular de las comunidades que representan. Pero es que lo que pasó la semana anterior, el más reciente evento de varios en los últimos meses, es simplemente lamentable.

La cuestión es la siguiente: el pasado 13 de enero se convocó a una reunión con instituciones públicas y privadas de Quindío, Caldas y Risaralda, para presentar el proyecto IP Conexión Centro, con el que se subsanarían tramos de la Autopista del Café que aún quedan pendientes, y así concertar una postura que le permita al Eje Cafetero interlocutar con la Agencia Nacional de Infraestructura – ANI.

Luego de exponer las necesidades de cada departamento y sus expectativas de inversión, se construyó un acta que debían firmar cada uno de los representantes institucionales presentes en la mesa, así como la carta de presentación que se haría llegar al organismo nacional. Y firmaron el acta el Comité Intergremial y la Asociación de Ingenieros de Risaralda, así como la Sociedad de Mejoras de Pereira. Por el lado del Quindío plasmaron su intención la Gobernación, el Comité Intergremial, Anato, Asobares, la Cámara de Comercio, el Comité de Ganaderos, Pro Quindío y la Sociedad de Ingenieros.

Pero de Caldas no firmó nadie. Y por aparte, hicieron su propia carta y la enviaron a Bogotá, firmada por el gobernador Henry Gutiérrez Ángel; el alcalde de Manizales, Jorge Eduardo Rojas; el presidente de su Comité Intergremial, Felipe Montes Trujillo; así como su directora ejecutiva, Camila Palacio Arce, solicitando que toda la inversión se centre en su territorio y que se desconozcan las necesidades de sus vecinos. Finjan sorpresa.

Un poquito de contexto

Vamos a ubicarnos. La ANI es la entidad descentralizada, adscrita al ministerio de Transporte, que se encarga de “planear, coordinar, estructurar, contratar, ejecutar, administrar y evaluar proyectos de concesiones y otras formas de Asociación Público Privada – APP, para el diseño, construcción, mantenimiento, operación, administración y/o explotación de la infraestructura pública de transporte en todos sus modos y de los servicios conexos o relacionados, y el desarrollo de proyectos de asociación público privada para otro tipo de infraestructura pública cuando así lo determine expresamente el Gobierno Nacional respecto de infraestructuras semejantes a las enunciadas en este artículo”, establece su portal web.

Para no complicarnos con terminología: la ANI maneja plata, y harta, para el desarrollo de la red vial en Colombia. Esto, mediante el modelo de APP, que vincula a una agencia del Gobierno con una compañía del sector privado, la cual recibe ciertos beneficios (concesiones de impuestos o recaudo de ingresos). Un ejemplo bien conocido es Autopistas del Café, que tienen en concesión el corredor vial que conecta a Caldas, Risaralda y Quindío y se encargan de reparaciones y mantenimientos, con una tasa de retorno por sus inversiones a través de la operación de sus peajes.

En diciembre de 2023, la ANI a través de Odinsa como concesionaria en la región, invitó a los 3 departamentos que se unen por la Autopista del Café para que participaran en mesas de trabajo en las que se presentó el proyecto nacional IP Conexión Centro. La dinámica buscaba, en el ejercicio de la construcción participativa de una obra que va a ampliar a doble calzada 71 kilómetros, de los cuales 5,8 hacen parte del tramo entre Calarcá (Quindío) y La Paila (Valle del Cauca). Para quienes no conocen el sector, es la desembocadura del túnel de La Línea por donde pasa la carga que entra o sale por el puerto de Buenaventura y se dirige hacia el centro del país. Entre los convocados a las reuniones, brilló el nombre del ingeniero Uriel Orjuela Ospina, presidente del Comité Intergremial del Quindío.

-Se generaron unas discusiones a nivel local, se plantearon unas inquietudes y a lo largo del año, se fueron dando una serie de reuniones con el objetivo de darle a conocer a la región lo que estaba planteando el ente central, y escuchar las inquietudes de cada uno de los sectores en los tres departamentos… de ese ejercicio salieron unos resultados muy desafortunados.

-Desafortunados en qué sentido- le consulto.

-Pues como resultado de uno de los encuentros en mayo de 2024, la dirigencia de Caldas y Risaralda formuló una carta que firmaron cerca de 70 personas, entre sus gremios, gobernantes, representantes a la Cámara y universidades, planteando la visión que tenían del proyecto, pero cuestionando que se hiciera la inversión a Calarcá-La Paila.

El Quindío respondió, expresando a su vez, su postura frente al proyecto. Una postura que, curiosamente, apoyaba no solo la intervención en su jurisdicción, sino también en los dos vecinos que le habían dado la espalda. Sin embargo, cuenta el ingeniero, que la cosa se fue calentando por la actitud con la que se trataba al Quindío en esos primeros encuentros, al punto negarse a asistir a las reuniones subsiguientes. Eso, hasta diciembre de 2024, donde se volvió a hacer presencia en Pereira.

Y curiosamente, quienes faltaron a la cita fueron los caldenses. Eso permitió que Risaralda reconociera la importancia de este tramo para la integración regional. Y fue así como se firmó y se remitió el más reciente comunicado, suscrito por los dos departamentos presentes y exceptuando a Caldas, que contestó a su vez suscribiendo un oficio a la ANI en la que se encierran en sus pretensiones y desconocen las del resto del Eje Cafetero.

Región vs grecocaldismo

El Cuyabran Post logró acceso a ambas comunicaciones: la de la integración en torno al mismo propósito, y la de Caldas yendo por lo suyo. La distancia en la postura de ambos frentes es tangible. La primera apoya todas las intervenciones propuestas en los tres departamentos. La segunda pretende que el total absoluto de la inversión se quede dentro de sus fronteras.

Es así como los dos departamentos ahora unidos plantean 4 intervenciones en el Quindío (doble calzada La Paila – Calarcá, doble calzada Calarcá – La Cabaña para ingreso a Armenia, la intersección de acceso a Salento e intersección a desnivel en el sector Cruces para el acceso a Filandia), y 4 en Risaralda (doble calzada en la variante a Condina con sus respectivas intersecciones, nueva intersección de Belmonte, la terminación de la doble calzada La Romelia – El Pollo y la operación de la avenida de El Ferrocarril en Dosquebradas “por lo menos mientras se toma en operación la Romelia – El Pollo”, precisa.

Pero ojo, que también le dejan un pedazo del pastel a Caldas, con 7 tramos; casi el doble que sus vecinos juntos: doble Calzada Chinchiná – Tarapacá, intersección de La Paz (acceso a Aerocafé, intersección en Chinchiná, doble calzada La Manuela – La Trinidad, intersección La Trinidad, puntos críticos entre La Trinidad y La Uribe y mejoramiento del tramo La Manuela – Club Campestre.

Si se toma como expresión de la voluntad regional esta carta, ganan todos. Vamos a ver, entre tanto, lo que las autoridades caldenses solicitaron: doble calzada entre Tarapacá y Chinchiná; doble calzada La Trinidad-La Manuela; intersecciones en La Paz para el acceso a Aerocafé, Chinchiná y La Trinidad con mejoramientos en la estación Uribe; mejoramientos entre La Trinidad y Uribe; así como del par vial El Jazmín-Tarapacá. Nada para Risaralda, nada para el Quindío.

Pero ojo que acá hay otra diferencia sustancial entre ambas propuestas. Una que, además, brilla por su inviabilidad, y que tiene que ver con el manejo de los peajes.

La miopía y la ambición

-¿Cuál es la petición de Caldas frente al tema?- le consulto a Orjuela.

-Tienen la visión de que hay que eliminar algunas casetas de peaje en su territorio porque consideran que Manizales está ‘sitiado’ por cualquiera de sus accesos… entre comillas, porque por La Siria no hay y aun así es una vía que está en muy buenas condiciones.

La petición tiene tanta prioridad para nuestros vecinos caldenses que la plantean como la propuesta principal: solicitan eliminar definitivamente el peaje de Pavas “necesaria para reducir los costos desproporcionados que enfrentan las comunidades locales, quienes no reciben beneficios proporcionales en términos de infraestructura y conectividad”, y ajustar las tarifas de Tarapacá I y II, recomendando que recojan “un porcentaje del valor anteriormente recaudado en Pavas (…) que garantice la sostenibilidad de los recursos destinados a la operación, mantenimiento y mejoramiento de la infraestructura vial”.

Orjuela Ospina sugiere algo más insidioso aún. Se estaría sugiriendo que el recaudo percibido en Caldas se quede en Caldas.

-Es absolutamente inviable, porque estamos hablando de una concesión a cargo de Autopistas del Café que maneja una sola bolsa con la que se hace la inversión en los 3 departamentos. Ellos plantean quitar dos peajes, subirle al de Tarapacá y que se aumenten las tarifas en Corozal (en La Tebaida, Quindío, paso para el Valle del Cauca) y el de Circasia (es decir, el de Cruces, más arriba de la entrada a Filandia, Quindío, paso para Risaralda). Es una intención que no ha variado en un año de discusión.

Aparte de la mala onda de la propuesta, hay que subrayar su falta de cálculo y de visión. Vamos a las cifras: de acuerdo con cifras expuestas por el representante quindiano, Corozal (La Tebaida) recoge el 26% del total ingresado en la concesión, mientras que Cruces (Filandia) aporta entre el 22% y el 23% del total.

-Entre ambos se capta más o menos el 50% de los 5 peajes existentes en toda la región. O sea que, si les siguiéramos el juego en el que cada departamento se queda a cargo de su recaudo, el Quindío se estaría asegurando la mitad de los ingresos. Pero además hay que tener en cuenta que, con la apertura del túnel de La Línea, el tráfico se disparó en casi un 40% entre Calarcá y La Paila.

¿Acaso pensarán que el trancón apocalíptico que se vive en el Quindío es problema solo de nosotros y que no afecta la entrada de insumos que vienen del Pacífico para su propia industria, o la salida de la producción de la misma hacia la internacionalización? Pero aparte de este aspecto utilitario más inmediato, desde el Quindío la invitación es a tener una visión un poquito más amplia de lo que supone la adecuación de la red vial para la competitividad, no solo de los 3 departamentos, sino de Valle del Cauca y Tolima. Y por supuesto, de un país que depende de la interconexión logística.

-Yo llamo a la región la ‘glorieta del país’: Acá confluye el tránsito del túnel de La Línea y la troncal de Occidente que viene del sur del país paralela al río Cauca y pasa por Cartago y La Virginia. Hoy se ejecuta el tramo Calarcá-Cartago con dos contratos; desde Pereira está la variante de Punto 30 a La Romelia-El Pollo; están las vías de El Samán, de Manizales en doble calzada al aeropuerto de Palestina y a Medellín por Pacífico 1, 2 y 3. Por eso nunca nos hemos opuesto a ningún proyecto en Caldas o Risaralda. Porque como región, nos conviene y nos interesa.

Y aunque descarta que esta división pueda representar un riesgo a un proyecto que resulta estratégico para todo el país y que está depositado en manos de quien tiene la voz definitoria (la Nación), desde El Cuyabran Post nos queda una única inquietud, y es la miopía de la dirigencia caldense frente a una iniciativa que trasciende sus necesidades.

Tal vez sea hora de que reconozcan que esa actitud tan conservadora y criticada fue la que terminó llevando al Quindío y a Risaralda a buscar la emancipación que dio por finalizado al Gran Caldas. Porque a punta de regionalismo y presunciones de superioridad, está demostrado que el gobernador Gutiérrez Ángel, el alcalde Rojas Giraldo y los voceros de los gremios serían capaces de perder un cofre de dinero con tal de no compartirlo, y eso su significado es simple: es un grosero acto de avaricia.

One thought on “El ‘toma todo’ amenaza con romper la integración del Eje Cafetero

  1. Y eso el el señor alcalde Rojas Giraldo fue asesor de Armenia y el Quindío en los gobiernos anteriores; siempre se declaró como amigo de esta tierra. que tal que no lo fuera?.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

× Suscríbete a nuestro canal de Whatsapp