¿Qué pasa con el control urbano y el civismo en Armenia?

¿Qué pasa con el control urbano y el civismo en Armenia?

¿Han caminado las calles de Armenia en los últimos meses? Pues hace un par de semanas me di a la tarea de hacerlo un poco más el centro de la ciudad y adicionalmente tomar otras rutas en carro para recorrer zonas que usualmente no transito con frecuencia. Refiriéndome a un perfil muy popular en redes, mi conclusión es que Armenia está hecha un meme; esto es un poco la radiografía de lo que me encontré:

EL CENTRO: impera el caos absoluto, prácticamente todos los actores del espacio público hacen un pésimo uso de este. Las ventas ambulantes ocupan en muchos sitios como las calles 16 y 19: prácticamente todo el andén e incluso la vía; allí los peatones no tienen mas remedio que caminar entre los carros o someterse a la pelotera de los andenes; sin embargo, muchos comercios formales no se quedan atrás, utilizándolos como extensión de sus vitrinas, tarimas para un perifoneo que no debe sobrepasar los decibeles permitidos o instalando cadenas y bolardos. Las vías son un caos permanente: si a los peatones (que por imprudencia o necesidad, porque no tienen espacio para caminar) le sumamos el caos de las motos haciendo zigzag, los taxis y buses que se paran en cualquier sitio, y los vehículos particulares que estacionan donde les da la gana porque “son solo cinco minuticos”, al final la suma de todo este abuso y mal comportamiento termina en un centro caótico, contaminado, lleno de basura y cero amigable con los usuarios.

EL NORTE: un parqueadero a cielo abierto que no termina; es increíble como sectores como las clínicas, la calle 10N, Laureles o la avenida Bolívar, a su ya saturado tráfico se le suma una reducción de calzada por cuenta de cientos de irresponsables que estacionan sus vehículos en cualquier parte.

EL SUR Y EL OCCIDENTE: acá ya estamos ante la total ausencia de cualquier autoridad, prácticamente una republica bananera independiente; es absolutamente común y normal observar como los mismos vecinos y habitantes se apoderan del espacio publico y lo convierten en extensiones de sus casas y negocios sin que nada pase; prácticamente la gente construye parqueaderos privados en andenes y antejardines, los negocios instalan cadenas que obstruyen el anden y parte de la calzada y es absolutamente normal que se hagan trabajos prácticamente en la vía pública. 

Armenia se ha convertido en una ciudad caótica, sucia, desordenada y sin un norte en su desarrollo; mientras tanto alardeamos de ser un destino turístico inmejorable, de ser un vividero envidiable; ¿pero realmente será así? A mi juicio en la actualidad no tenemos ningún atractivo que realmente nos haga competitivos como ciudad turística; las cifras de criminalidad, consumo de estupefacientes, microtráfico, empleo y calidad de vida no están para hacer una fiesta.

Precisamente esta semana desde la Alcaldía de Armenia, hacían fiesta con bombos y platillos por la intervención en materia policiaca que se le está dando al sector de la ‘Cueva del Humo’; muchos medios afines o dependientes del CAM replicaban con show mediático esta payasada. Un sector como la cueva no se arregla con unos operativos y unas incautaciones de navajas y bazuco; es una deuda política de Armenia y sus dirigentes revivir un sitio que por su ubicación podría tener un potencial increíble, pero que para lograrlo se requeriría inversión real en infraestructura, políticas que permitan modificar los usos del suelo y por supuesto que seguridad permanente. El potencial de esta zona es inimaginable para nuestro pensamiento pueblerino; no nos cabe en la cabeza que este podría convertirse en un sitio de desarrollo mixto, con soluciones de vivienda de todo tipo, comercio y servicios de primer nivel, además de zonas verdes y parques donde por efectos de las condiciones del suelo no sea conveniente construir en altura.

Un sueño que quizás no logré ver materializado es la renovación urbana completa del sector comprendido entre las carreras 19 y 23 desde la calle 2 hasta la 26; ojalá algún día veamos una nueva ciudad en este sitio; pero como mencioné mas arriba, esto solo se logra con inversión y voluntad política y con condiciones en materia de seguridad ciudadana y jurídica que atraigan desarrolladores urbanísticos.

Ante un panorama tan desolador como el que hoy vivimos en Armenia, donde por un lado los políticos de turno hacen su agosto con contratos y favores, y de otro nos asfixian con una ciudad invivible e impagable a día de hoy por cuenta de la famosa actualización catastral, solo nos queda recurrir a nuestro sentido cívico y de buenos ciudadanos; aportando desde nuestra experiencia y vivencias diarias un grano de arena en cultura y amor por esta ciudad que tanto nos ha dado.

Estamos en deuda de abordar temas muy importantes como la famosa obra del empréstito en la avenida 19, el estado de la infraestructura pública, el estudio de movilidad de la Universidad del Quindío, e incluso obras a nuestro alrededor como conexión IP Centro, la doble calzada Calarcá – Quimbaya, la vía Tarapacá, el teleférico de Salento y muchas otras.


-Las opiniones acá expresadas son responsabilidad del autor y no tienen por qué reflejar puntualmente la posición del medio de comunicación.

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