Donde hay luz hay sombra, y entre la belleza inconmensurable de la cordillera Central, se creó también una mitología propia que hablaba de entidades de origen desconocido, con poderes sobrenaturales y apariciones que generaban el temor de los habitantes de la montaña. Los espantos, los duendes y las brujas, constituyeron esa fuerza oscura que acompañó la vida cotidiana de generaciones en el campo, y que empezaron a desaparecer con el desarraigo que hoy en día se vive en las zonas rurales.
Como parte de los últimos testigos de su presencia, los abuelos acompañaron con estos relatos, la infancia de los adultos de hoy en día. Relatos que quedaron en el inconsciente de Andrés Roa Ariza, creando una impronta tan fuerte que terminó alimentando la creación del asusto colombiano, el subgénero al que el guionista, director y productor le apuesta con ‘Rapunzel, el Perro y el Brujo’, el filme quindiano que va para su segunda semana en cartelera nacional de grandes cadenas exhibidoras, convirtiéndose en un referente indudable para el muy emergente cine de la región.
“Cuando mi abuelo me contaba esas historias me hacía una película en la cabeza en la que yo era el protagonista, y ahí empezó la curiosidad de llevar algún día todas estas historias a la pantalla. Partiendo de esto se creó la idea original, que después de 3 años de trabajo –incluyendo 50 días de producción y 1 año de posproducción- dio como resultado la película”, me cuenta por teléfono Roa, natural de Buenavista y que convirtió a su municipio de nacimiento en uno de los parajes en el rodaje; el otro es la reserva natural Santa Rita, en Salento.
-¿Es una película de terror?
-Una de las críticas más resonadas que hemos recibido es que es un filme con un lenguaje muy distinto, que no se puede encasillar en otros subgéneros, una especie de thriller sicológico misterioso, algo en lo que todos nos sentimos familiarizados en esta zona del país– me responde.
-¿Pero títulos como The VVItch pudieron influenciar a ‘Rapunzel’?- insisto, definiendo el asusto como una especie de folk horror.
– Fue una de nuestras referencias para algunos lenguajes, desde el punto de vista de cómo el misticismo puede afectar la realidad de una familia campesina. También nos basamos en El Páramo, de Jaime Osorio Márquez, en cuanto a lo que queríamos que fuera la planimetría para buscar esa sensación de desespero.
Las capas del horror en la historia
“Wilson Herrera, un soldado profesional colombiano conocido como El Perro, lleva más de 14 años secuestrado bajo el poder de la guerrilla de las FARC. Herrera aprovecha un enfrentamiento entre sus captores y los paramilitares para escapar, en medio de su huida se pierde en la espesa selva de los Andes colombianos hasta casi fallecer en el monte”.
La sinopsis oficial de ‘Rapunzel, el Perro y el Brujo’ describe la conjunción de dos niveles de horror que conviven y se complementan en la película: la originada por el conflicto armado, y la que, en un plano más metafísico y paranormal, termina afectando la psique de los actores de la guerra, “incluyendo víctimas y campesinos, y cómo estas dejan de serlo para aprovechar esta mitología y aprovecharse de otras víctimas. Hay una ignorancia y un abuso de su nobleza”, subraya el director y productor de la cinta.
“Después de un par de días de agonía es encontrado por Gilberto Echeverry, un campesino de la zona, quien lo lleva a su casa para junto a su esposa arrebatárselo a la muerte. Al pasar de los días y en medio de su recuperación, Herrera se entera de que Gilberto y su esposa Consuelo perdieron a su hija hace algunos años en mano de los duendes, pequeños seres mitológicos que se roban a los niños sin bautizar y a los cuales durante los últimos años, Pedro el hermano mayor de Gilberto, trata de contactar para recuperar a su sobrina”, continúa la sinopsis.
Gran parte del reto de un autor es plasmar en la pantalla la película que se tiene en mente. Para obtener esta atmósfera en la que la realidad palpable se mezcla con la paranormal, el equipo tuvo cuidado en cuidar detalles que permiten que el espectador entre en la historia y se la crea, que derribe durante los 109 minutos de metraje sus preconcepciones de lo que es posible. Algo que los teóricos y estudiosos llaman la suspensión de la incredulidad.
-Las actuaciones son muy diferentes a otras producciones en las que la interpretación es más teatral.
-En el casting buscamos unas condiciones en los actores para que estuvieran acorde con el lenguaje de cine, que tiene más silencios, es más sicológico. Además, tuvimos actores con bastante recorrido en pantallas, como Álvaro Rodríguez (muy amigo del cine y el teatro quindiano); Anderson Ballesteros, un parcero de Pereira con mucho kilometraje en el cine. Están Julio Pachón y Ana María Sánchez, que son intérpretes de alto perfil y mucha trayectoria, junto con actores del Quindío como Andrés Estrada o Jimena Díaz.
La dirección actoral, sin embargo, fue solo uno de los factores que más cuidado tuvo en la realización, y se siente. La factura de la producción destaca por encima de otras nacionales, incluso en un aspecto tan complejo e históricamente tan poco logrado, como el sonido. “Eso suma puntos a la hora de convencer un distribuidor”, apunta Roa. Y vaya distribuidor que logró.
Un éxito en promoción y distribución
‘Rapunzel’ abrió su exhibición en 68 salas de 30 ciudades en el país. Un hito para una cinta nacional si se tiene en cuenta que tradicionalmente les dan 3 a 5 salas en circuitos comerciales como Cine Colombia y Royal Films. En este propósito, ha sido fundamental el rol del distribuidor.
“El cine es un ejercicio que debe abordarse desde todos los flancos, porque no es solo la creación artística, sino que también se necesita de una producción ejecutiva, de distribución y de publicidad. Y también de un manejo interno de cómo voy a presentar el producto en un pitch. Logramos firmar con los mejores; Cinecolor es la que distribuye Marvel y algunas de Disney, y que ellos le pongan cuidado a una película quindiana quiere decir que estamos haciendo bien la labor desde el punto de vista cinematográfico, pero también comercial, para volver al cine de la región una industria comercial. Así debería funcionar”, comenta Roa.
Por cuestiones del destino, la fecha de estreno coincidió con una temporada previa a los premios Óscar, en la que las grandes cadenas decidieron exhibir títulos nominados, alejándose de tanto superhéroe y tanto Toretto que abunda en nuestras carteleras. La aproximación con un público que por fin encontró productos acordes con sus intereses, le permitió a ‘Rapunzel’ quedarse una semana más en proyección. Es así como hasta el miércoles 6 de marzo, seguirá en exhibición en las salas del Portal del Quindío, Plaza Flora y Sansur, en Armenia; Portal de la 80 en Bogotá; Palmetto Plaza en Cali; y Fundadores en Manizales.
Una excelente oportunidad para ir a ver una obra nacida desde las entrañas más profundas de la quindianidad pero que aplica lenguajes contemporáneos en la narrativa del misterio y el terror, muy populares en el portafolio de grandes productoras actuales como lo puede ser A24. Pero además, el momento para apoyar a la producción local, porque del comportamiento de la taquilla dependerá el futuro de una industria cinematográfica en la que hay mucho talento pero pocas opciones. Y sin duda, es una iniciativa en la que todos estamos comprometidos, sea como creadores o como espectadores.
Mira el tráiler de la película acá
Todas las fotos del rodaje que aparecen en este artículo fueron suministradas por Andrés Roa y son de autoría de Sebastián Vejarano.
Pues aqui en la finca tengo uno en particular que se cree graffitero.
El guión de Rapunzel, el perro y el brujo es escrito por Elizabeth Arias Castrillón.