Amor
Del lat. amor, -ōris.
“Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear”.
(Definición tomada de la RAE)
El amor tan satanizado y santificado al mismo tiempo, fuente de inspiración de infinidad de tipos de arte y usado como justificación de miles y miles de barbaries realizadas por los humanos, será tomado con propósito de este escrito como sinónimo de “Unión” y “Creación”, según lo definido en la RAE (instituto creado por un par de ancianos que no conocen cómo se habla el español en el resto del mundo). La idea de este escrito será intentar darle vueltas a la pregunta: ¿Qué hacer cuando el amor no es suficiente y no te permite generar esa unión?
Vamos a establecer un par de bases para el desarrollo de esta idea; van a estar parcializadas y posiblemente, los lectores de esto no vayan a estar de acuerdo, pero la idea es intentar entrar en las mentiras que se mete este ser humano para justificar esta especie de exposición. Primero, aunque el amor puede ser hacia cualquier cosa, real o imaginaria, el objetivo del amor que queremos tratar es el de generar una unión entre dos seres humanos. Segundo, esta unión comienza un proceso de creación de relaciones que se manifiestan de variadas maneras, unas muy buenas y otras un poco tóxicas. Finalmente, todos estamos metidos en el mismo espectro, desde el personaje de comedia romántica más entregado, hasta el psicópata que comete una locura impulsado por este amor.
La pérdida de cordura que se genera en la primera etapa de conocimiento entre dos personas, genera una cantidad de sensaciones en el cuerpo de ambas, cuando es igualmente correspondido. No siempre es así. Siempre estas situaciones están acompañadas por otras dimensiones. Cada uno quiere pensar con el deseo de tener una linealidad en la que A+B es igual a 2 enamorados pletóricos de amor y sin barreras. Pero el humano es más complejo, muy pocas veces esa comedia romántica existe por más de un par de meses. Soy de las personas que quiere creer en esa comedia romántica, no satanizo las discusiones ni los malos momentos, siento que todos hacen parte del proceso, creo en la comunicación y en las relaciones sanas. No me gusta la forma en la que la toxicidad se vende como “romántica” en la cultura popular, la manipulación emocional, la gente violenta como sinónimo de masculinidad: el irrespeto por el espacio personal y el acoso son solo un par de ejemplos de lo que nos venden como el amor en la vida real.
La unión que se genera entre humanos enamorados no necesariamente es física. He visto uniones lúdicas, pragmáticas, vacías, sexuales, platónicas, maniacas y románticas. Cada una de ellas genera un proceso diferente de creación. Algunos crean problemas, otros vida, unos más se quedan en ilusiones platónicas nunca consumadas, otros crean un deseo que crece pero irremediablemente no puede ser consumado entre los dos. Algunas uniones de amor crean arte… el problema es que vivimos en un país en el que es difícil vivir del arte. En general el arte se ve cómo algo de soñadores y locos, de esos que esperan que su unión-creación los lleve a un “feliz para siempre” sin saber si puede o no pasar.
Teniendo esto en cuenta, y posicionándome en el equipo de los soñadores que creen en la creación del arte, quiero establecer la idea que en mi ser, el amor siempre es suficiente, así ocurra que la unión no pueda llegar a ser física. Hay cosas dentro del arte que se crean al poner el amor como premisa de una relación que está por encima de las distancias y los obstáculos de la vida (como buena caprichosa que es), que nos permiten compartir un enamoramiento sin importar que lo veamos como amigo o enemigo. Así de grande es el amor, que por más que nos guste verlo o no, siempre está ahí para movernos las mariposas del estómago.
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