En diciembre, recuerda Sandra, fue la última vez que Filandia se quedó sin agua. Fueron 4 días, en los que, los que pudieron, compraron agua embotellada, incluyendo la cantidad de restaurantes que tuvieron que enfrentar la situación justo en temporada alta. Carlos entre tanto, tiene presente los 5 días sin servicio en Circasia, el año pasado: “Había que madrugar a las 3:00 de la mañana para recoger lo que llegaba de agua, o esperar para hacer fila ante el carro cisterna”, rememora, añadiendo que el problema persiste tanto con clima seco –por la escasez- como con lluvias, por la obsolescencia de las motobombas en Las Águilas, que provee parte del líquido.
Todos tienen algo en común: pagan cumplida su factura de acueducto y alcantarillado, pero eso no les garantiza disfrutar del servicio. Los casos son muchos y recurrentes, y para ratificarlo es cuestión de preguntarle a cualquier residente de los municipios quindianos en los que Empresas Públicas del Quindío – EPQ, es responsable de la prestación. Pese a que durante años la compañía ha presentado constantes incumplimientos y un servicio de muy baja calidad, la solución parecía no llegar… hasta ahora, cuando la situación por fin parece enseriarse.
La próxima expresión de rechazo ante la impunidad bajo la cual la compañía funciona –o no funciona, depende de cómo se vea- será este lunes 15 de enero, en el que la Veeduría Por el Agua 24-7 de Montenegro, ha programado una marcha que iniciará desde las 2:30 p.m. desde inmediaciones del Instituto Montenegro y finalizará al frente de las instalaciones de la Planta de Tratamiento de Agua Potable que no ha podido ser entregada, presuntamente por negligencia de EPQ. Este municipio es históricamente, uno de los más afectados. Harold Ruiz, director del medio de comunicación 180 Grados y presidente de la veeduría, lo describe.
“En octubre y noviembre de 2023 tuvimos agua por horas: durábamos 3 o 4 días sin agua y volvía 1 o 2 horas, de madrugada. Vi personal de salud de los centros médicos y el hospital cargar baldes con agua para alimentar los tanques de reserva. Y aunque el problema del agua lleva 30 años, definitivamente la crisis se empeoró hace unos 8, cuando empezó EPQ. Las tarifas son muy altas y no vemos inversiones en alcantarillado, que se encuentra colapsado en Pueblo Tapao o en el barrio Comuneros, el más grande del municipio, con olores nauseabundos todo el tiempo, así como en el acueducto casi todos los días del mes”.
EPQ: Una historia corta y escandalosa
Hay una necesidad apremiante en los municipios quindianos con respecto a la prestación de acueducto y alcantarillado; al ser localidades tan pequeñas, sus presupuestos son absurdamente inferiores a lo que cuesta el funcionamiento de estas redes. Fue entonces en 1989, bajo el gobierno de Carlos Alberto Gómez Buendía, que se creó la Empresa Sanitaria del Quindío – Esaquin S.A., como una respuesta fundamentada en las ventajas que trae una operación conjunta dentro de las economías de escala.
La idea funcionó hasta que en 2016, la entonces gobernadora Sandra Paola Hurtado Palacio reformó la empresa, cambiando desde su nombre –en adelante EPQ-, pasando por una ampliación a otros servicios como el gas licuado, hasta el incremento de su nómina, faltando solo 26 días para entregar su cargo. Pero la mayor impronta que dejó la ex mandataria fue la toma que hizo con personas cercanas a su familia y la de su pareja en la época, el empresario César Augusto Pareja, así como cercanos a su grupo político.
En un reportaje publicado el 26 de agosto de 2017 por el Canal Uno, su sucesor en la administración, Carlos Eduardo Osorio Buriticá, señalaba que en puestos estratégicos aparecían 7 personajes de su círculo más próximo, entre los que se encontraban el actual alcalde de Armenia, James Padilla; el representante a la Cámara, Jhon Édgar Pérez, fue nombrado asesor de gerencia; Lina María Mesa, quien se desempeñó como secretaria Jurídica y de Contratación de Hurtado Palacio fue la asesora de la secretaría general; y Duberney Pareja, hermano de César Augusto y hoy alcalde de Filandia, fue el enlace de la empresa con el ministerio de Vivienda, Ambiente y Desarrollo Territorial.
A lo largo de los años, tanto los cargos administrativos de EPQ como la junta han sido el asiento de una puerta giratoria incesante, intercambiando personal con la EPA y la Alcaldía de Armenia; justamente el mismo periodo en el que las denuncias ciudadanas empezaron a aflorar con cada vez más insistencia y ante unas entidades de control que se hacen los de la vista gorda frente a las evidentes faltas en el servicio.
EPQ ni corta ni presta el hacha
Sabemos de antemano la respuesta que algunos sectores afines a la EPQ tendrán a estos señalamientos: que la culpa es de la alcaldía, que la culpa es de la gobernación. Por eso quisimos adelantarnos y averiguar con el Plan Departamental de Aguas – PDA Quindío, la realidad vivida actualmente en Montenegro, donde se refleja la absoluta ineficiencia de una firma que cobra pero no cumple.
Milton César Torres Hernández, director de la dependencia adscrita a la secretaría de Aguas e Infraestructura, explica que, como respuesta a las constantes suspensiones del servicio en el municipio, se contrató una consultoría para identificar las fallas en la infraestructura de la Planta de Tratamiento de Agua Potable, de la cual es corresponsable. En el estudio realizado bajo el gobierno de Osorio Buriticá, se registran problemas de la dosificación de coagulantes, para el control de la acidez y el proceso de cloración, así como en el sistema de bombeo. Problemas todos, que provienen de la falta de mantenimiento y reparación que se espera de parte de EPQ toda vez que el cobro debe garantizar estos componentes.
Desde el PDA se le remitió a EPQ un derecho de petición para solicitar el informe sobre las inversiones realizadas en la Planta de Montenegro en los últimos 10 años. ¿La respuesta? Reparaciones al sistema de aducción (que lleva el agua de la bocatoma de la cámara de derivación al desarenador), pero sin alternativas de acceso porque las servidumbres no están compradas, sin inversión en la planta, los tanques de almacenamiento, la bocatoma o la sectorización hidráulica, todos elementos fundamentales para el funcionamiento. Pero estos no son los únicos problemas. “Las pérdidas ascendían a más del 35% del agua captada, un porcentaje bastante alto. Pero además, cuando visitamos la planta encontramos un solo operario, y calculamos que requiere de por lo menos 6 para lograr la capacidad que se encarguen de supervisar la captación, la aducción, el bombeo”.
Por eso bajo, la administración de Roberto Jairo Jaramillo Cárdenas, se decidió hacer “una inversión conjunta de 3.000 millones de pesos para mejorar el sistema con unos nuevos módulos y una infraestructura acorde con la normatividad actual, proyectada a un horizonte de 25 años”. No obstante y como todo en EPQ, se alcanzan niveles increíbles de absurdo. A pocas semanas de terminar la obra y de mejorar ostensiblemente la calidad y permanencia del servicio, de parte de la prestadora no se había logrado su colaboración para culminar algunos trabajos, como el prestar acompañamiento o cerrar las válvulas para que ingresara el personal de PDA (o sea que ni cortan, ni prestan el hacha). Hubo que recurrir a mesas de trabajo y la presión de la veeduría y la Defensoría del Pueblo para que los responsables del acueducto cumplieran con su labor.
Cortarle la cabeza al dragón
Frente a la delicada situación presentada en Montenegro, se anunció incluso, que el alcalde Gustavo Pava, sostendría una reunión con las directivas de EPQ para concertar opciones; El Cuyabran Post lo contactó para saber el balance del encuentro, pero no tuvo respuesta al respecto.
Ante el cúmulo de denuncias y quejas de parte de usuarios insatisfechos a lo largo de todo el departamento, queda una opción, todo porque Jhon Fabio Suárez Valero entregó el cargo el 8 de enero, al culminar su periodo administrativo. El mismo gobernador Juan Miguel Galvis Bedoya intervino ya en la controversia, declarando a los medios de comunicación que “la elección del nuevo gerente es una decisión estratégica que no puede tomarse a la ligera… no podemos permitir que la mafia política que ha secuestrado a la institución continúe perpetuando su control indebido”; sus palabras las expresó luego de una visita la semana anterior a la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios, en la que solicitó la presencia de la entidad para un encuentro masivo en febrero, en el que se recogerá la percepción de la comunidad frente a la inoperante empresa.
Desde la veeduría, Ruiz Restrepo lo subraya: “La solución para el agua en el Quindío sí tiene que ser un gerente idóneo, que conozca de servicios públicos, y esto se puede lograr en la medida que haya unión y consenso, que incluso se le consulte a las veedurías qué se necesita para solucionar el problema. Que se elija bien y no se cometan los errores de las dos últimas elecciones”.
Pero, además, será el momento de evaluar la postura de los alcaldes de Montenegro, Gustavo Pava; Quimbaya, Juan Manuel Rodríguez Brito; y Circasia, Julián Andrés Peña Sierra. Todo porque, entre los tres mandatarios tienen 4 de 7 votos en la junta, como poseedores de los cupos que tienen los municipios en el órgano. Por lo tanto, tendrán en sus manos la decisión de la continuidad del mismo círculo en el poder de EPQ o, por el contrario, cambiarlo para bien; para nadie es un secreto la afinidad que tienen con los actuales usufructuarios de la empresa. Habrá que ver si para los mandatarios cuenta más los intereses económicos y los compromisos políticos, o el bienestar de las comunidades que por su rol, deben representar y garantizar su bienestar.